Mañana perfecta para correr la que se nos ha presentado en Orihuela. En torno a los 15 grados y nada de viento. Cerca de 1.500 participantes en una de las medias más rápidas de la provincia. Eso sí, pese a que tiene largas rectas, también tiene varios giros de 360 grados bastante incómodos.
He llegado 45 minutos antes de que se diera el pistoletazo. Después de recoger el dorsal he ido a por la bolsa del corredor. Un polar y un gorro bastante chulos. Únicamente les quedaba una talla disponible, que por suerte era la mía. Deberían corregir eso de cara a futuras ediciones.
Me he situado a escasos metros de la salida. Hoy sabía que las cosas podían ir bien, por lo que he decidido apretar desde el principio. El primer 10.000 lo he clavado a 4:30 el kilómetro con muy buenas sensaciones, por lo que si las cosas no se torcían demasiado volvería a bajar mi marca.
Hoy he corrido con reloj por primera vez desde mi decepcionante media en Benidorm hace casi tres meses. Ir viendo como iba perdiendo ritmo kilómetro a kilómetro aquel día me fue comiendo la moral, por lo que decidí apartar su uso unas carreras. Corriendo en base a sensaciones tuve muy buenos resultados desde entonces. Esta mañana era el momento de volver a controlar un poquito más los ritmos. La verdad es que si vas fuerte sirve para darte más moral todavía. El pobre utensilio no tiene culpa de nada, el problema lo tenemos en el coco.
A partir del kilómetro 10 he bajado algo el ritmo algunos kilómetros salteados para ir dosificando. Sin embargo, en el kilómetro 18 me ha ocurrido algo que no me había ocurrido en ninguna media de perfil plano: flato. En el avituallamiento de dicho kilómetro debo haber bebido mal y a partir de entonces sí que he tenido que regular a base de bien.
Al final he cruzado la meta en 1:37:55, casi un minuto y medio menos que hace tres semanas en Santa Pola. Lo bueno es saber que si no hubiera tenido problemas los últimos tres kilómetros hubiera podido acercarme bastante al 1:35, mi objetivo de aquí a verano. Hay mucho margen de mejora.
En definitiva una gran mañana, felicidad absoluta al cruzar la meta. ¡A seguir bajando!