En septiembre de 2010, a lo largo de cinco días, pude visitar varias ciudades belgas. Se trata de uno de los viajes por Europa que más suelo recomendar. Amberes, Brujas y Bruselas forman un triángulo con una distancia de unos 30 kilómetros entre ellas. Entre Brujas y Bruselas se encuentra Gante. Resulta bastante sencillo desplazarse entre estas cuatro bonitas ciudades gracias al tren.
El primer destino fue la capital, Bruselas. Algo apartado del centro se encuentra el Atomium. Es un edificio realmente original. En la realidad impresiona todavía más al poder comprobar sus dimensiones, ya que alcanza los 103 metros de altura. Cerca de éste se encuentra el jardín japonés.
Bruselas es una ciudad bastante interesante que no tiene la fama que merece. Probablemente ésto se deba a que cerca de ella se encuentran dos ciudades tan bonitas como Gante y, especialmente, Brujas. Uno de los grandes atractivos turísticos de la ciudad es el Manneken Pis. No me preguntéis por qué.
Lo que destaca especialmente en la ciudad es su majestuosa Grand Place.
De noche las luces permiten a la plaza ofrecer otra cara algo distinta. There is no dark side of the moon, really. As a matter of fact it’s all dark.
El segundo día estaba reservado para Amberes. Es con diferencia la ciudad menos bonita de las cuatro, lo cuál no significa que la visita no merezca la pena. El emblema de la ciudad es Peter Paul Rubens. Aquí vivió gran parte de su vida. Se encuentra sepultado en la iglesia Sint-Jacobskerk. En la ciudad destacan especialmente la Plaza Mayor y los monumentos religiosos.
El tercer día esperaba el tren a Brujas. De camino a ésta es obligatorio parar para conocer Gante. Toda la zona del centro, especialmente la que rodea al canal, es realmente bonita. Se trata de una pequeña ciudad universitaria, por lo que en menos de un día se puede visitar relativamente bien.
Para los últimos dos días estaba reservado lo mejor. Brujas es la ciudad que más me ha gustado de Europa occidental junto a Praga. Para elegir una tercera lo tendría verdaderamente difícil, pero esas dos tienen garantizado un puesto de honor. Al llegar todavía no era muy tarde, por lo que había tiempo para dar una pequeña vuelta por el centro de la ciudad.
Los dos grandes atractivos de Brujas son la Plaza del Mercado y pasear por los canales que recorren la ciudad. Aunque sea una turistada, es bastante recomendable tomar uno de los barcos que surcan los canales.
La lluvia hizo acto de presencia de vez en cuando durante la visita. En la iglesia de Nuestra Señora se encuentra la escultura de la Madonna de Brujas, realizada por Miguel Ángel.
Si se sale un poco de la zona más céntrica de la ciudad, se puede disfrutar de zonas muy bonitas sin encontrar prácticamente ni un alma.
En este país no puede faltar un paseo en bicicleta por alguna de las ciudades. La elegida fue Brujas. Gracias a ésta se puede llegar en pocos minutos a los centenarios molinos de viento situados en el extrarradio.
Hoy en día está clara una de las cosas que haría yo por el centro de la ciudad, ¿no? Seis de la mañana, pantalón corto, camiseta, zapatillas, muñequera y cascos.
Antes de partir visitamos la fábrica de cerveza de De Halve Maan. Por un precio asequible te explican el proceso de fabricación, puedes disfrutar de unas buenas vistas de la ciudad desde la azotea y te dan una cerveza. Tras esta recomendable visita tocaba volver a Bruselas para coger el autobús hasta el aeropuerto de Charleroi.
Dudo que haya muchas zonas en el mundo donde en tan pocos kilómetros cuadrados existan cuatro ciudades tan interesantes como estas cuatro ciudades belgas.