No he tenido mi mejor carrera hoy en Berlín. Creo que han sido varias las razones. En primer lugar, es evidente que he perdido algo de forma física desde que estoy en Alemania. He pasado la media maratón en 1:44:23, bastantes minutos peor que mi mejor tiempo. Tengo que ponerme un poco más las pilas con los entrenamientos. Aún así estoy convencido de que los otros tres motivos han tenido mucho peso, por lo que no me preocupa demasiado mi rendimiento hoy.
Creo que ha sido muy importante el hecho de que el recorrido tenía numerosos repechos. Me ha cogido totalmente desprevenido. He finalizado en la posición 791 de casi 3.000 hombres (sin contar las mujeres) que han terminado los 25 kilómetros. Estoy en el percentil 27, así que supongo que la carrera es más dura de lo que yo presuponía.
Por otro lado, la carrera tiene tres categorías: 10 km, media maratón y 25 km. Ha estado realmente mal organizada, cosa que me ha sorprendido todavía más. La salida era conjunta, por lo que los primeros kilómetros han sido bastante incómodos debido a la gran cantidad de corredores. En dos puntos se desviaba a la gente de los 10 km y de la media. Pues bien, a partir del kilómetro 13 se volvían a juntar y te encontrabas con la gente más lenta de las otras dos carreras. Te tocaba adelantar… otra vez, por lo que perdías -otra vez- fuerzas y ritmo. Creo que voy a empezar a descartar carreras que mezclen distancias (Money, it’s a gas. Grab that cash with both hands and make a stash).
Por último, tengo que trabajar muchísimo el aspecto psicológico de cara a la maratón. No puede ser que me venga abajo al ver que no cumplo los parciales que me había marcado. El día que corra mi primera maratón me dejaré el reloj en casa.
Al final he terminado en un tiempo de 02:06:13, a un ritmo de 5:03. Está claro que tampoco es una mediocridad, y estoy contento por haber pegado un saltito hasta los 25 kilómetros. Estar más de dos horas corriendo a buen ritmo es algo que no está al alcance de mucha gente. Ya sólo quedan 17 kilómetros más (sudores fríos).
En la salida, como era de prever, se ha guardado un minuto de silencio por las víctimas de Boston, aunque la gente no ha sido demasiado respetuosa.
Respecto a la carrera en sí, destacaría dos momentos: pasar por debajo de la Puerta de Brandenburgo y la entrada al Olympiastadion por el túnel, terminando con una vuelta a la pista olímpica. Son cosas que se te quedan grabadas para siempre. Tampoco ha estado nada mal tumbarse en el césped al terminar la carrera y contemplar los aros olímpicos con la medalla colgada al cuello.