Ha pasado prácticamente un mes desde que me mudé de Prenzlauer Berg a Friedrichshain. Mi calle actual no es tan interesante ni conocida como Kastanienallee, pero sí es mucho más tranquila. Allí tenía el Mauerpark a cinco minutos andando, por lo que disfrutaba casi cada domingo del gran ambiente que se respira en su mercadillo. Sin embargo, desde aquí a más o menos la misma distancia tengo el que -para mí- es el mejor parque de Berlín: Volkspark Friedrichshain. No sólo es enorme y muy bonito, sino que además es un lugar ideal para entrenar. Tiene colinas, circuito de cross y pista de 800 metros. Un auténtico paraíso en medio de la urbe en el que estoy disfrutando muchísimo.
Hace un par de semanas me fui cámara en mano a disfrutar del atardecer en mi barrio. Había quedado con unos amigos cerca de la East Side Gallery, por lo que recorrí una parte de la Karl-Marx-Allee para llegar desde mi casa, situada muy cerca de Frankfurter Tor, hasta la orilla del Spree. Allí los lugareños han montado una especie de playa en la que poder tenderse cual lagartos cuando el sol decide honrarnos con su presencia. Por supuesto esto no es demasiado frecuente. Ya sabéis germanos: www.costablanca.org. ¡Las arcas alicantinas os agradecen vuestra colaboración!
Esta mañana antes de ir a clase me he acercado al memorial del muro situado en Bernauerstrasse. Sabía que existían restos de éste en dicha calle, pero no que había también un museo y un memorial. Se trata sin duda del lugar más interesante relacionado con el muro de toda la ciudad. Me han dado ganas de darme a mí mismo una colleja, pero hubiera resultado algo extraño para las personas que contemplaran dicha escena, por lo que he decidido contenerme.
En el memorial se recuerda a aquellas personas que fallecieron intentando cruzar el muro.
Viendo hoy en día como es Berlín, es realmente difícil de concebir la situación en la que se encontraba la ciudad hace menos de 25 años.