Potsdam es una pequeña localidad situada a menos de una hora en tren desde Berlín. Es, sin duda, una excursión obligatoria si se visita la capital alemana. Yo nunca había estado allí hasta hoy. Estaba retrasando la visita hasta este fin de semana. La ocasión bien merecía la espera: mañana corro allí la media maratón de los castillos. Por lo que he podido ver hoy, creo que va a ser el recorrido más espectacular en el que habré participado hasta ahora.
El conjunto de palacios y parques que alberga la ciudad fue declarado patrimonio de la humanidad en 1990. Bien lo merecen. Son los palacios más bonitos que he visto junto a Schönbrunn. Nuestra visita ha comenzado en orden inverso a lo que suele ser habitual. En primer lugar hemos visitado los alrededores del Neues Palais y la Universidad de Potsdam. Creo que el recorrido ha sido ideal, ya que -según mi punto de vista- la belleza de los palacios ha ido creciendo.
Es una auténtica gozada pasear por el recinto, es absolutamente enorme. Nosotros sólo hemos estado algo menos de tres horas, ya que de cara a mañana yo no debía andar demasiado y -además- voy a volver seguro, pero creo que lo ideal es dedicarle tranquilamente toda una mañana al lugar.
La Orangerie, situada a medio camino entre el Neues Palais y Sanssouci, es un bonito y enorme palacio que alcanza los 300 metros de longitud.
Hay varios jardines repartidos por todo el parque. El cielo ha estado bastante gris durante todo el día (como suele ser costumbre últimamente por aquí).
Junto a Sanssouci se encuentra el palacio de Neuen Kammern.
No voy a decir mucho de Sanssouci. He leído que es uno de los palacios que rivaliza con Versalles por ser considerado el palacio más bonito de Europa. Para mí no hay color.
La Chinesisches Haus es un pequeño edificio bastante peculiar, un punto de encuentro entre el arte oriental y el occidental.
Tras recoger el dorsal y comer un plato de pasta por cortesía de la espectacular organización de la carrera, nos hemos dirigido de vuelta al centro de Potsdam. Como se nota cuando se organiza una carrera para que sea una fiesta del deporte (Potsdam) y cuando se hace por dinero (BIG 25 Berlin). Uno de los grandes atractivos de la ciudad es el barrio holandés, con sus casitas de ladrillo rojo.
Junto a la estación central se encuentra la plaza del mercado, donde el palacio real se encuentra completamente en obras. Por suerte la Nikolaikirche de Schinkel está completamente restaurada.
Mañana toca levantarse bien prontito para volver a esta bonita ciudad, aunque con un plan completamente distinto.