¿Qué hice mi primer fin de semana en Frankfurt? Viajar y correr una media maratón. No tengo remedio.
Durante estos últimos meses, mientras vivía en Berlín, he viajado mucho por Alemania. Sin embargo, hay una zona que he evitado. Esta zona, lógicamente, son los alrededores de Frankfurt. Sabiendo que me venía a trabajar aquí no tenía sentido acercarme, sobre todo considerando la gran cantidad de lugares de interés que posee Alemania.
Hay muchísimo por ver en un radio de 300 kilómetros alrededor de Frankfurt. Lo que más me atraía era la parte alta del Valle del Rin, declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Para el domingo tenía marcada -desde hacía semanas- la cita con la media maratón de Worms, uno de los grandes hitos en mi preparación hacia la maratón.
Por lo tanto, en primer lugar nos encaminamos el sábado hacia el valle con nuestro Focus alquilado. La zona es bastante bonita, aunque los castillos tampoco son los más impresionantes del país. Es un recorrido perfecto para realizar en bici, ya que no es demasiado extenso y está preparado para ello. Espero volver en primavera y tomarme un día entero con calma sobre las dos ruedas. Lamentablemente en este viaje no hice demasiadas fotos.
De Worms tengo todavía menos instantáneas. El problema radica en que he visto ya demasiadas ciudades centroeuropeas, especialmente alemanas. Si no es algo un poco fuera de lo común, suelen provocarme bastante indiferencia, y Worms no es una población que sorprenda.
Pese a ello, desde un punto de vista sí que será especial para mí, ya que he realizado allí mi segunda mejor media maratón hasta el momento, a sólo tres segundos de mi mejor tiempo. Pero lo más importante es que salió así casi sin pretenderlo, en mitad de la preparación para la maratón, con una carga de kilómetros en las piernas bastante alta. Además, no ha sido mi carrera más rápida, pero ha sido la mejor. Me explicaré. Cuando hice mi mejor tiempo en Orihuela, los primeros 10 kilómetros los hice en 45:00, aguantando bien posteriormente hasta el 18, y hundiéndome los últimos tres kilómetros. En Worms hice 47:20 en los primeros 10 km, mientras que en los segundos hice 45:40.
Me gustaría decir que fue por mantener la cabeza fría al inicio. Tal vez algo sí, pero prácticamente salí al 100%. Aún me falta un poco saber calmarme en competición. Debería ser mucho más frío después de casi 30 carreras. También tendría que situarme mejor en las salidas para luego no tener que ir esquivando gente. Pero bueno, fue genial ver como el cuerpo hacia click a mitad de carrera. Dejas de sentir que vas casi al límite, subes el ritmo y empiezas a pasar a un montón de gente. Una buena mañana.
Tras la ducha, nos encaminamos hacia Heidelberg, considera una de las ciudades más bonitas del país. Es interesante, pero después de visitar Bremen y Dresden dos semanas antes… para mí no hay color. Sé que no es bueno comparar, pero yo es algo que no puedo evitar.
Un fin de semana muy bien aprovechado. La semana que viene iré al Oktoberfest. En noviembre, una vez pasada la maratón, espero hacer otro viaje. Colonia, Trier, Luxemburgo, Estrasburgo… Un gran abanico de posibilidades.
Felicidades por la carrera, sigue así… Y no pares de viajar, disfruta de la vida! Un abrazo, Óscar
Gracias!!! Unos disfrutan de correr competiciones y otros de hacerlo tras los nanos jajaja. No sé cuál es más divertido 🙂