He tenido la suerte de poder visitar Edimburgo dos veces. Espero algún día volver a la que, para mí, es una de las ciudades más bonitas de Europa. Para ser una capital es relativamente pequeña, ya que su centro puede visitarse con tranquilidad en un par de días.
Si se tiene algún día más, como fue nuestro caso, es muy recomendable ascender a Arthur’s Seat, un mirador inmejorable de la zona.
Eso sí, bajo mi punto de vista, las mejores vistas de la ciudad se obtienen desde Carlton Hill.
Pudimos visitar el museo de la historia de Escocia. Como amante de la F1, me gustó poder contemplar uno de los bólidos que pilotó Jackie Stewart. Qué diferentes eran los coches en los 70. Por otro lado, el recorrido a lo largo de la Royal Mile es imprescindible. Una de las calles más bonitas de Europa.
El gran punto de interés de la ciudad es su imponente castillo. Sólo por pasear por los Princes Street Gardens, con el castillo al fondo, ya merece la pena visitar la ciudad.
Al estar cuatro días en la ciudad, tuvimos también tiempo de visitar el jardín botánico. Es recomendable, aunque no es imprescindible, ya que la mayoría de capitales europeas tienen uno del mismo o mayor interés.
Las dos veces que he ido a la ciudad he cenado en el Standing Orders, un antiguo banco reconvertido en restaurante. Bueno, bonito y barato.
Y así es Edinburgh. Sin duda en mi top 5 de Europa.