Este enero va a ser el mes más tranquilo que he tenido en muchísimo tiempo. Ningún concierto, ninguna carrera ni ningún viaje. Creo que tengo que remontarme casi dos años para algo así. Tampoco está mal, se agradece algo de calma de vez en cuando. Eso sí, a partir de febrero volvemos a la carga. Acabo de comprar los billetes para volar a Estambul a finales del mes que viene.
El año pasado hice 14 viajes, la mayoría de ellos por territorio germano. La idea este año es reducir considerablemente ese número, pero aumentar -digámoslo así- la calidad de los mismos. El viaje grande será, si no ocurre nada que lo impida, a Islandia. Llevo mucho tiempo queriendo visitar esa isla. A ello se unirán -a parte de Estambul- Barcelona, un par de visitas a Berlín, Amsterdam, Viena y un par de viajes a Suiza.
Suiza… 2014 empezó regalándome una vista de pájaro del Matterhorn y del Eiger. Mi avión pasó pegado a ambos, justo por el lado de mi ventanilla. ¿Cuál será la probabilidad de que ello ocurriera entre centenares de kilómetros de montañas? Me sentí como si me estuviesen diciendo: ¡Hey! Este año ya te toca volver sí o sí.
Un año movidito el que se avecina.