Stand up and be counted for what you are about to receive…
Hay noches que recuerdas toda una vida. No importa lo mala que sea tu memoria. En mi adolescencia fui muy fan de AC/DC. Aunque con el tiempo ha perdido mucha relevancia en mis gustos, es uno de esos grupos por los que se siente especial predilección, ya que ayudó a prender la llama de mi pasión por la música.
Es un grupo por el que he sudado tinta para poder verlos en directo. Cuando mi interés por el grupo era máximo, allá por el año 2000, me quedé sin entrada para la gira del Stiff Upper Lip. Muchos años después se anunció su siguiente gira, concretamente para la primavera de 2009. Esa vez no se me podían volver a escapar. Casi un par de horas antes de que abrieran las puertas, me encontraba yo haciendo ya cola frente a la fachada de El Corte Inglés. A las 10 comenzó la venta. Para cuando alcancé el mostrador las entradas ya habían volado. Mi cara de estupefacción era de campeonato.
Con las manos vacías regresamos a casa. Sin embargo, gracias a mis conocimientos en materia de conciertos, encontré una puerta trasera. Al llegar, me puse frente a mi ordenador y entré en la web de la promotora, la desaparecida Gamerco, la cual solía guardarse unas cuantas entradas para venta directa. Pensaba que también estarían agotadas, pero… ¡aún quedaban! Unas semanas más tarde las recibí por correo.
La historia no acaba ahí. El día del concierto teníamos vuelo a las 3 de la tarde, llegando a Madrid a las 4. El concierto empezaba a las 9. Íbamos sobradísimos de tiempo, por lo que esperaba coger un buen sitio en la pista.
Dos palabras. Vuelo cancelado. Mi hermano de vez en cuando me recuerda el momento en el que nos anunciaron la noticia. Blasfemé, di una patada al suelo y el resto de la gente que iba a volar en el mismo avión se me quedó mirando. Ellos no conocían toda esta historia (tampoco mi carácter).
Por suerte, nos reubicaron en un vuelo a las 7, llegando a Barajas a las 8. Ahora íbamos a ir justísimos de tiempo. Tan justos que nos perdimos la primera canción. Recuerdo, como si fuese ayer, bajar corriendo junto a mi hermano las escaleras que conducían a la pista del Palacio de los Deportes, mientras sonaban los primeros acordes de Hell Ain’t a Bad Place to Be. Éxtasis.
Pocos segundos después de alcanzar la pista comienza a sonar Back in Black. No cabe ni un alfiler y nadie se mantiene pisando el suelo por más de un segundo. Jamás he vivido una fiesta semejante en un concierto, y bueno, I’ve seen things you people wouldn’t believe…
Canción tras canción, himno tras himno, la noche volaba. Ese día, a causa del problema con el vuelo, no había tenido tiempo para cenar. En For Those About to Rock me pasó algo que no me ha ocurrido en ningún otro concierto, me mareé. Recuerdo verlo todo blanco durante un instante. Simplemente parando de saltar se me pasó. Por suerte (o más bien por desgracia), era la última canción. Nadie deseaba que aquello acabase.
Con el rugido de los cañones se cerraba una noche mágica. Sin lugar a dudas, uno de los 5 mejores conciertos que he visto.
Setlist:
Rock ‘n’ Roll Train
Hell Ain’t a Bad Place to Be
Back in Black
Big Jack
Dirty Deeds Done Dirt Cheap
Shot Down in Flames
Thunderstruck
Black Ice
The Jack
Hells Bells
Shoot to Thrill
War Machine
Anything Goes
You Shook Me All Night Long
T.N.T.
Whole Lotta Rosie
Let There Be Rock
Highway to Hell
For Those About to Rock (We Salute You)